Los psicópatas encubiertos carecen de empatía y no sienten remordimientos. Son como cáscaras vacías que utilizan a las personas como combustible emocional, buscando atención y reconocimiento, ya sea a través del amor, el dolor o el conflicto.
Si reconoces al menos ocho de las trece claves a continuación, podrías estar tratando con un narcisista maligno o un psicópata cotidiano:
- Bombardeo amoroso: Se acercan a ti con excesivo interés y atención.
- Almagemelación: Encuentras muchos puntos en común que parecen mágicos.
- Idealización: Todo avanza rápidamente, como en un cuento de hadas.
- Triangulación: Comienzan a hablar mal de otros y exigen tu lealtad pública.
- Luz de gas: Te confunden y te hacen sentir inseguro/a, acusándote de desconfianza.
- Ghosting: Te hostigan y ejercen maltrato pasivo-agresivo.
- Proyección: Te culpan de sus propias acciones.
- Campaña de difamación: Te presentan como desequilibrado/a a los demás.
- Indefensión aprendida: Te sientes impotente y sometido/a.
- Refuerzo intermitente: Alternan entre ser encantadores y monstruos.
- Identidad pública: Se muestran ejemplares en público, mientras te culpan en privado.
- Crueldad: Te abandonan en tus peores momentos, aumentando tu dolor.
- Huir y contacto cero: La única solución es escapar y no mirar atrás.
Si te encuentras en esta situación, la salida es clara: ¡huye y establece contacto cero! Nunca mires atrás por nada del mundo.